miércoles, 29 de julio de 2015

CONSTRUCTIVISMO----PIAGET

El conocimiento no es una representación adecuada de lo real sino una construcción que permite al individuo adaptarse al entorno.
Esa construcción es el producto de una reflexión de la mente sobre sus propias operaciones. El conocimiento se construye por medio de dos procesos principales (asimilación y acomodación) controlados por un mecanismo de autorregulación interno (equilibración). La asimilación permite incorporar los inputs que provienen del ambiente a las estructuras cognitivas del individuo, mientras que las estructuras preexistentes se reacomodan a fin de incorporarlos.
Es posible identificar diversas configuraciones de las estructuras mentales, desde el nacimiento hasta la adultez, que caracterizan los diferentes estadios de desarrollo cognitivo del sujeto: sensorio-motriz, preoperacional, operacional concreto y operacional abstracto. A cada estadio corresponde un tipo de equilibrio particular, verificándose entre el nacimiento y la edad adulta una evolución hacia formas crecientemente estables y móviles de intercambio con el medio.
Piaget  subraya que, durante el periodo comprendido entre el nacimiento y adquisición del lenguaje, el niño despliega un extraordinario proceso de desarrollo cognitivo que marca el resto de su evolución psicológica: la conquista de todo el universo práctico que lo rodea por medio de la percepción y el movimiento. El autor —como ya lo había hecho Kant— recurre a la metáfora de la revolución copernicana para hablar del pasaje desde una posición (la del neonato) en la que todo queda referido al propio cuerpo hacia otra (alrededor de los dos años, con el comienzo del lenguaje y el pensamiento) en que el individuo se sitúa a sí mismo como una entidad más, incluida en un universo que él ha construido y que ahora experimenta como externo a él.
El sujeto cognoscente asimila y acomoda las señales en estructuras que le permiten predecir y controlar su propia experiencia. No obstante lo ajustadas que se muestren una y otra vez a los móviles y objetivos del individuo, esas estructuras no refieren a la realidad en sí: sólo prueban que ciertos inputs se acomodan a éstas con una frecuencia suficiente como para considerarlos co-ocurrencias invariantes.
La conducta del sujeto no se orienta hacia el descubrimiento o la intervención en el orden de lo real considerado como absoluto, sino hacia la restitución o fortalecimiento del equilibrio entre el sistema y el entorno por medio de una actividad de anticipación, en el mejor de los casos, o de adaptación, en el peor .
Según Piaget, conocer es construir o reconstruir el objeto a fin de, a través de esta operación, comprender el mecanismo de la actividad de construcción. Así, el conocimiento es abstraído de la acción de conocer en tanto tal y no del objeto conocido. Por eso, la interpretación constructivista radical de la epistemología genética de Piaget destaca que las representaciones del entorno, el conocimiento del mundo que construye un individuo, son siempre el resultado de su propia actividad cognitiva. La materia prima de esa construcción son los datos sensibles, respecto de los cuales no se supone ninguna conexión con una realidad en sí.
La experiencia es el resultado de la externalización de los constructos cognitivos del sujeto, una operación inherente a cada acto de autoconciencia o de conciencia experiencial.
La equilibración cognitiva completa constituye una suerte de estado ideal que, aunque inalcanzable, orienta los procesos de asimilación (de lo dado a la experiencia —señales o inputs— a las estructuras formadas en el pasado) y de acomodación (toda vez que las señales con las que se está operando no puedan encajarse en las estructuras disponibles). Sin embargo, cabe recordar una vez más, que la equilibración es, esencialmente, una meta adaptativa.

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